La ciudad se duerme entre los autos
agotada
de tanto ir y venir entre la angustia
de
no poder emigrar de la miseria
de
saberse prisionera de sus propias obras.
La
ciudad se nos duerme entre pesares
hastiada
de recuerdos que no alcanzan para evitar los errores
para
resarcir el daño de los días
de
las decisiones hace tiempo equivocadas.
Se
duerme la ciudad entre su smog
entre
sus calles de asfalto agujereado
sus
semáforos ya no significan
ante
el caos de las colas y el tráfico.
En
las esquinas, frente a los comercios,
los
niños lloran en brazos de unas madres
secas
de tanto esperar algún suspiro.
La
noche nos atrapa entre sus brazos
en
medio de una ciudad que nos sobrevive
una
ciudad adormecida
víctima
de sus habitantes.
(Autora: María Luisa Angarita. Poemario: Océano de Voces -inédito-)
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