Ir al contenido principal

Venezuela y el Papa Francisco: la verdad nos hace libres





“Se compadeció de ellos porque andaban como ovejas sin pastor
 y se puso a enseñarles” Mc. 6,34)

Desde hace unos 6 años hasta la actualidad, a medida que el conflicto social, político y humanitario en Venezuela se ha ido agravando y justo en cada momento en que la oposición ha levantado la voz de manera unísona contra el régimen y la crisis, se ha colado y ha ganado peso la idea, por demás mítica y escabrosamente manipulada, de que el Papa Francisco no ha hecho nada por Venezuela.
Como bien sabemos, durante estos momentos de profundo debate político entre dos sectores totalmente opuestos, es normal que siempre surja alguna voz que intente ganar en la disputa manipulando la información para conseguir desviar la atención del problema central, que no es el Papa, y a su vez resquebrajar la poca unidad moral que se ha conseguido lograr después de tantos años de sufrimiento.
No obstante lo que sí resulta preocupante, no son los comentarios y críticas que hoy inundan la opinión pública y las redes sociales contra el Papa Francisco, sino que estas críticas y opiniones desinformadas encuentren aceptación dentro del pueblo católico venezolano, que como ovejas sin pastor se desbocan a creer cualquier cosa sin tomarse el tiempo de pensarlas.
Quien se precie de ser un buen católico, sabe ante todo que la fe no se pierde por las acciones de un Papa o de una persona X, y debe saber también que la formación en la doctrina de la Iglesia Católica es necesaria y fundamental para comprender no solo lo que ocurre en el seno de la Iglesia en materia diplomática sino también pastoral.



Quien entiende al Papa como Vicario de Cristo, entiende también que su misión va más allá de cualquier estado o situación política, que siempre abogará por la Paz y la Reconciliación, y que nunca se hará solicito a las armas ni afecto a las guerras, y no puede hacerlo, ni Francisco ni sus antecesores, ni los que vendrán después, porque su visión debe ser siempre primeramente pastoral y como pastor no puede ni debe incentivar a la violencia.
Lo que sí puede, como de hecho ha venido haciendo desde el año 2013, es llamar la atención sobre la situación política venezolana, y es gracias a su labor diplomática, a sus breves expresiones sobre la situación del país las cuales ha realizado en diferentes encuentros y visitas papales, así como en sus bendiciones y salutaciones, que ha logrado trazar una línea discursiva llamando la atención internacional sobre Venezuela, dando como resultado que hoy sea tomada en cuenta por toda la comunidad política internacional.
Ruth Toro, licenciada en Comunicación Social, en su trabajo de grado realiza una profunda investigación sobre el discurso del Papa Francisco sobre Venezuela y hace un seguimiento de cada una de sus expresiones dejando ver en sus conclusiones que es justo la diplomacia, el rol mediador, la defensa de los derechos humanos y la dignidad de la persona, la posición que tanto el Papa como la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Venezolana han asumido en perfecta comunión.
Quien sabe de diplomacia entiende que ésta es la labor del Papa y del Estado Vaticano, quien sabe de fe comprende que ésta es la misión de un pastor.
No se puede esperar que el Papa tome una posición irrestricta y tajante, pues la posición que ya ha fijado y que fijará siempre es la de la mediación, y aun para mediar ha establecido condiciones. No olvidemos que en el año 2016 cuando aceptó la mediación en el conflicto estableció 4 condiciones claras que no se cumplieron “elecciones, reconocimiento de la Asamblea Nacional, apertura del canal humanitario y liberación de los presos políticos”, condiciones que hoy se promulgan como una hoja de ruta del nuevo gobierno y que no son más que la hoja de ruta ya trazada por el vaticano hace mucho.
Sí, el Papa ha hablado, se ha pronunciado en los últimos años cada vez con más contundencia incluso no reconociendo él mismo a la asamblea constituyente, ha abogado por los derechos humanos y ha llamado la atención sobre los casos de represión que se han efectuado en el país.
Pero qué rápidos somos para olvidar, qué lentos para recodar lo bueno y más rápidos aún para juzgar, atacar y condenar sin conocer ni la forma diplomática de trabajo del Vaticano como su labor a lo largo de estos años en materia de mediación del conflicto venezolano.
Para quienes hoy olvidan o desconocen, durante el proceso de mediación solicitado en el año 2016 ambos sectores, tanto oficialismo como oposición colocaron trabas al proceso, dando como resultado el retiro de los enviados del Vaticano.
De igual forma, para quienes insisten en llamarse católicos y para los no versados en la materia, no está de más recordar que la Conferencia Episcopal Venezolana ha hecho un seguimiento continuo de la situación política y social del país, y ha fijado su posición contundente y de modo constante en cada exhortación y comunicado que ha emitido, donde bien han planteado la situación del país, la falta de libertades, la represión, la falta de alimentos y medicinas, los muertos en las protestas y los prisioneros políticos entre tantos otros males que nos aquejan.
La voz de los Obispos es la voz del Papa, así mismo lo ha hecho saber Su Santidad “En la voz de los obispos venezolanos también resuena la mía.” Y aunque no lo diga, todo católico que entiende el funcionamiento de su Iglesia sabe perfectamente que no se encuentra divorciada ni separada la voz de las Conferencias Episcopales de la voz del pontificado. Lo que expresan y a lo largo de los años han denunciado los obispos, es lo que a lo largo de estos mismos años y sus discursos en diferentes puntos del orbe el Papa ha manifestado y ha hecho ver sobre Venezuela.


¿Por qué nos sorprende ahora? ¿Qué tiene de extraño que hable de neutralidad cuando la posición política del Estado Vaticano ante cualquier conflicto es justo esa, la neutralidad? Por neutralidad no se entiende un lavado de manos como han querido hacer ver algunos, no, por neutralidad se entiende un punto conciliador entre las dos partes en conflicto a fin de hallar la solución del problema del modo más armónico y pacífico posible.
Cuando el Papa recientemente en su viaje de retorno a Roma luego de su visita a Arabia Saudita expresase que teme por un derramamiento de sangre en Venezuela, no se refiere a que ignore o se haga la vista larga sobre todas las muertes que han ocurrido en las manifestaciones o en los hospitales por falta de insumos médicos, no. Se refiere a que la sangre podría aumentar y los fallecidos pueden ser mayores si las cosas no se hacen bien. ¿O es que acaso el venezolano de a pie, el que padece a diario la situación venezolana no sabe que para perpetuarse en el poder al régimen no le importa derramar más sangre? Una salida armada es una opción que obligatoriamente traerá más sangre y destrucción.
¿Es esto a lo que queremos que llame el Papa? Usted que me lee, católico practicante o no tanto pero afecto a la religión católica, adepto o mero curioso, ¿Es esto lo que espera que haga el Papa? ¿Qué apruebe una intervención extranjera forzada y forzosa que también puede acabar con la vida de los suyos? Porque la guerra es guerra y quienes la sufren son quienes están en medio, es decir, nosotros, el ciudadano.  Y esto es justo lo que el Papa en todos sus discursos invita a evitar, por ello insiste en el diálogo, esa es su posición, la mediación.
Pero aún para los que a estas alturas de este esbozo insisten en que el Papa puede hacer más, pues sepan que sí lo ha hecho, ha llamado la atención de las Naciones Unidas, ha llamado la atención de los dirigentes de los países del mundo, ha establecido contactos y ha sellado reuniones para buscar que un frente unido de poderes latinoamericanos se reunieran y fijaran una posición sólida y única contra el régimen y que terminó por convertirse en el Grupo de Lima como bien lo explica el teólogo Venezolano Rafael Luciani en su artículo “El falso enfrentamiento entre el Papa y los Obispos por Venezuela” publicado por la Pontificia Comisión para América Latina.
Pero para quien desconoce es fácil creer en cualquier cosa, bien lo expresa un dicho muy popular dentro de nuestra Iglesia “Católico ignorante, seguro protestante”, y allí tenemos para muestra un botón o un cargamento de botones.
Quien desconoce su Iglesia y el fundamento de su fe puede dejarse llevar por cualquier otra idea u opinión, incluso por aquellas que promueven el odio y la violencia cuando para todos es sabido que el camino cristiano no es ese.
En los últimos días he llegado a leer cosas como “Al Papa ni un Padre Nuestro” que tristeza, y así dicen llamarse católicos quienes son incapaces de reconocer, no tanto la labor del Papa pues su camino es el de Cristo, el mismo camino de cada cristiano, sí el de la cruz;  sino que el mismo Cristo invitó siempre al perdón, a la reconciliación, a la paz e incluso a orar por nuestros enemigos (Mt. 5,44)


Es tarea nuestra como católicos y personas de fe mantener la cordura en medio de toda esta guerra mediática, mantener el corazón y la mente confiados en Cristo y en la voluntad de Dios, en su misericordia infinita.  Tener claridad mental para comprender que todo lo que surge en este ámbito político contra la Iglesia o el Papa, no es más que el intento desesperado de un grupo de mantenerse en el poder a toda costa desprestigiando la figura de Francisco, generando la división entre los feligreses y levantando la duda ante la única institución no gubernamental que ha mantenido su voz de protesta en alza contra toda la caótica situación de Venezuela.
Ya para finalizar, no queda más que recordar que somos nosotros los católicos, los creyentes y las personas de buena voluntad quienes debemos mantener la lucidez en estos momentos, no dejarnos llevar por voces que contraponen nuestros principios ni mucho menos por personas que, en el caso de los católicos, desconocen totalmente el funcionamiento y la misión pastoral de nuestra Iglesia.
Si de verdad somos católicos, si en serio profesamos la fe cristiana universal, debemos tener claro que el Reino de Dios va más allá y también aprender a formarnos, investigar, conocer la Doctrina Social de la Iglesia que se encuentra en total oposición a las ideologías totalitarias; discernir la realidad a la luz de la fe y muy especialmente no cansarnos de orar, por Venezuela, por los líderes y también por el venezolano que padece la crisis, por nosotros y por el Papa.
Hacer de nuestra fe no un blanco de insultos ni un nido de intrigas sino más bien, un remanso de consuelo, acompañamiento, paz y caridad pues como nos exhorta San Pedro, el primer Papa y a quien por tradición apostólica representa SS Francisco: “En conclusión, tened todos unos mismos sentimientos; sed compasivos, amaos como hermanos, sed misericordiosos y humildes. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición.” (1 Pedro 3, 8-9)

María Luisa Angarita
Magister en Literatura Latinoamericana
Diplomada en Teología Fundamental, Dogmática y Pastoral.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Virgen María y el empoderamiento femenino. Un camino de revalorización de la mujer iniciado por Dios. (A propósito del día internacional de la mujer)

En los últimos años el término “empoderamiento femenino” se ha hecho más presente en el discurso y en la vida social. Es una expresión acuñada por primera vez 1995 en Beijín dentro de la Conferencia Mundial de las Mujeres. Con esta expresión se busca dar un impulso al reconocimiento de los derechos de las mujeres a participar activamente en los procesos de toma de decisiones políticas, sociales y económicas que le afectan como persona. De igual forma busca también referir el proceso de concientización de la mujer como ente poderoso capaz de tomar las riendas de su vida en sus manos y así tanto a modo individual como colectivo reconocerse digna y hacer valer su dignidad ante el mundo. En la actualidad el “empoderamiento femenino” ha trascendido su campo de acción, de lo político y social, de la incorporación de la mujer a las actividades laborales y la reducción de la brecha entre los géneros, hasta la psicología, la superación personal, la maternidad y el matrimonio...

De “Ensayo sobre la ceguera” a “Ceguera”: la metáfora del mundo desvirtuada en el cine.

De “Ensayo sobre la ceguera” a “Ceguera”:  la metáfora del mundo desvirtuada en el cine. -María Luisa Angarita-             Sin duda alguna el cine es una de las formas del arte, si no la única, que mueve masas constantes de espectadores. Esta cualidad le otorga una gran ventaja con respecto a otra forma de arte mucho más humilde y solitaria como lo es la literatura. Sin embargo, esta ventaja no siempre garantiza que su discurso sea más comprendido o internalizado por el público. Quizás sea por esto que el Film de Fernando Meirelles Ceguera (2008), no haya generado en el público el mismo impacto que ha ocasionado en cada lector la obra del Premio Nobel de Literatura (1998) José Saramago (1922) Ensayo sobre la ceguera (1995), y no porque como se suele argumentar: “ninguna película supera al libro”, supuesto que ya ha sido derrumbado por Peter Jackson  en sus tres films de El Señor de los Anillos y otros ...

El bloqueo del escritor, mi experiencia y cómo superarlo

El bloqueo de escritor o bloqueo creativo surge cuando las ideas y las palabras simplemente no llegan, no aparecen y por ende no alcanzamos a plasmarlas en la página. Es uno de esos grandes atolladeros en los que los autores nos vemos atrapados en ocasiones y sobre los cuales todos intentan discernir, a veces sin mucha suerte. En mi caso particular, el bloqueo de escritor es una constante, quienes se han sumergido en mis poemas habrán notado mi insistente vuelta al tema de las palabras que escapan sin que pueda asirlas, y que vienen siempre de improviso para engañarme. Es una especie de juego y a la vez de tormento, especialmente para el poeta. Recientemente una joven poeta me escribió para pedirme orientación sobre cómo superar este bloqueo, debo reconocer que su pregunta me hizo pensar un par de días pues hasta ahora no me había planteado de forma concreta cómo superar el bloqueo, así que me concentré en revisar todas las veces que me he sentado frente a la página en blanco y mis e...