¿La poesía del terror o el terror de lo poético? La palabra como necesidad y la poética del terror en "Las Indignas" de Agustina Bazterrica.
Leí
Las Indignas con un suspiro cruzado en el alma. En esta novela las
imágenes poéticas, las metáforas, los recursos estilísticos y del lenguaje, el
lirismo, los versos, todos los elementos poéticos confluyen como ríos de encanto
maligno para converger en un océano de maldad pura. Ese mismo tipo de maldad
que ya Bazterrica nos regalaba en Cadáver Exquisito.
Espera
¿Cómo que versos? Sí, en Las Indignas el lector se enfrentará a una
novela diferente, una novela donde la narración de pronto se corta, las líneas bajan
y aparecen versos, frases cortas arrojadas al espacio blanco de la página. ¿Por
qué lo hace? Por necesidad, la necesidad de la escritura.
Aunque
en Las Indignas encontraremos un tipo de terror que ya Bazterrica maneja
muy bien, ese donde la maldad humana rebaza los límites de la locura y el
sadismo. También encontramos una exploración íntima y poética del oficio de la
escritura. Un oficio que se muestra tal cual es, con tachones y remiendos, con
palabras suprimidas para decir otras, para no decir lo dicho, pero dejarlo
asentado.
La
historia nos llega de mano de la protagonista, una narradora interdiegética que
se lanza a la aventura de escribir su propia historia en un libro de la
noche cuya tinta es su propia sangre. La metáfora perfecta de la labor del
poeta y del escritor literario. Porque de esto va la escritura y de esto
depende, de enfrentar a la noche y sus sombras, de desangrarse frente a la
página con la esperanza de que pueda salvarnos.
La
protagonista escribe bajo el riesgo de ser descubierta y que esas palabras la
lleven a la muerte. Ella lo sabe y continúa, porque una vez lanzada la primera
palabra sobre el papel en blanco no hay vuelta atrás. La escritura se vuelve
necesidad y el papel se convierte en el refugio perfecto que ofrece sustento a
la vez que consume. La protagonista lo sabe, la escritura es necesidad. Y su
necesidad la lleva a lanzar sobre esos papeles que se pega al cuerpo para no
ser descubierta, la historia de su vida y de las mujeres del recinto donde se
encuentra.
En
esta obra Bazterrica se vuelve poeta ¿o lo ha sido siempre y ahora lo descubre?
Las imágenes están cargadas de belleza en este texto, incluso las crueles,
incluso las que nos sumergen en un mundo hostil, terrible, doloroso,
terrorífico. Porque cuando habla de las cucarachas, los grillos, las mujeres
mutiladas, lo hace con una carga poética tan intensa que más que leer una
novela pareciera que estamos viendo una película hermosa colmada de efectos
especiales únicos. Algo similar a lo que hace el director Mike Flanagan en su
filme de terror: Somnia, antes de despertar, pero con una carga
semántica más poderosa. Salí de esta novela con la sensación de no haber leído
una novela, sino un poema extenso cargado de imágenes perturbadoramente bellas.
Pero
hay más en Las Indignas, como lo hubo en Cadáver Exquisito. Hay
una crítica profunda y radical a una forma de vida que da pie al terror mismo
en la novela: el fanatismo religioso. Esa forma de imponer a la fuerza una
forma de pensamiento y de creencia que es capaz de conducir a los seres humanos
hacia las peores atrocidades solo por una idea, por la creencia de que esa idea
es la base de todo.
Si
volvemos a Cadáver Exquisito podemos ver que la idea de una iglesia o
secta religiosa maligna ya se veía venir. En la primera novela se trata de la Iglesia
de la Inmolación, en la cual los fieles se inmolan para que su carne sea
comida. En Las Indignas, también hay un culto, de hecho, toda la
historia se desarrolla dentro de un claustro la Casa de la Hermandad Sagrada,
donde las mujeres son elegidas en diferentes categorías para “canalizar” la
divinidad.
Y
es justo en esas formas de canalización donde la maldad pura y el terror entran
en juego. En el claustro se ven o se sienten fantasmas, pero estos son la parte
más inocente de la historia. El verdadero mal se esconde entre las mismas
fieles, las indignas, la Hermana Superior y un Él, una especie de sumo
sacerdote que permanece oculto hasta el final solo para revelar la función real
de esa hermandad sagrada.
La
hermandad tiene formas macabras de manejar la purificación, el contacto con la
divinidad y la sobrevivencia, porque además todo ocurre en medio de un mundo distópico.
La crueldad humana está a la orden del día y la víctima puede ser cualquiera,
desde las sirvientes y la indignas, hasta las elegidas, cualquiera puede
recibir su tanda de crueldad y propiciarla.
Aquí
el terror parte del misterio, se centra en el dolor y finaliza, como toda
secta, en el sacrificio. Y es en ese
manejo de la crueldad, el dolor y el sacrificio donde las imágenes terroríficas
se vuelven cada vez más bellas, más cargadas de significado, más poéticas. No
se puede entrar a esta novela, a su claustro malignamente sagrado y salir
igual. Sin duda, Bazterrica logra con esta obra representar la belleza de la
maldad. Hace de Las Indignas una poética de lo terrorífico.
María Luisa
Angarita
Buenos
Aires, 1/10/24
Bazterrica,
Agustina (2023) Las indignas. 1.a ed. Alfaguara. Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Argentina.
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